“Al fin, se dice, Maradona ganaba los partidos él solo. El héroe se crea en el recuerdo exagerado de sus devotos. Sea como sea, la mera leyenda sobre la excepcionalidad de Diego ya es un buen índice de esta misma excepcionalidad”, escribe el filósofo Daniel Gamper en el libro Fenomenología de Maradona.
“Tristes las tierras que no tienen héroes, decía un personaje de Brecht, y otro le contestaba: tristes las tierras que necesitan héroes”, escribe Martín Caparrós en su artículo El héroe del pueblo, incluido en el número monográfico que la revista Panenka acaba de dedicarle a Diego Armando. Nos lo quitan de las manos. Hemos pedido más.
Los tertulianos de los programas deportivos llaman despectivamente panenkitas a esa nueva hornada de analistas del fútbol que parecen más preocupados por los intríngulis del juego y las historias que lo pueblan que por surtir de material al vertedero de opiniones contundentes de barra de bar.
A ver si vamos a ser nosotros unos panenkitas de los libros…
Cuando Maradona se despide del fútbol el 10 de noviembre de 2001 en La Bombonera, el estadio de Boca Juniors en Buenos Aires, pronuncia una frase lapidaria: “La pelota no se mancha”. “Por mucho que se le acerque la suciedad de los hombres que cometen errores, no es posible mancharla porque es un juego, porque es muy bella, porque ahí vive un raro deleite inútil”, escribe Gamper.
“He visto a Maradona, he visto a Maradona”, decía una canción de los aficionados del Nápoles. El joven que se ha llevado esta mañana el último ejemplar del Panenka de noviembre no vio a Maradona –y seguramente un gran número de los lectores de la revista tampoco–, pero conoce el mito que en la portada de la revista aparece con la mirada en la lejanía, en un momento de concentración, rizos desmesurados en la cabeza, gesto jadeante, fuerza y capacidad de fuego en equilibrio.
Así retrataban los griegos a los héroes.
Gastaba un 39 de pie y tiene el récord de jugador que más faltas ha recibido en la historia de los Mundiales, seis por partido. Muchas menos de las que se hizo él mismo en la vida.
Vázquez Montalbán decía a finales de los noventa que el fútbol estaba abandonado su carácter de espectáculo para convertirse en “una droga de diseño, una religión de una parte importante del capitalismo multinacional”.
Ahí ya estamos mezclando fútbol con política y de todos es sabido que siempre hay que mezclar fútbol y política. Mejor dicho, ya se mezclan solos.
Fenomenología de Maradona viene en un momento de interesantes libros sobre fútbol, como Futbolítica, de Ramón Usall, o El historiador en el estadio, de Toni Padilla. Aquí los tenemos.
Tus libreros te desean una muy buena semana.
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